El Viernes Santo es el día más cargado de eventos de toda la Semana Santa veratense. Desde primera hora y hasta la medianoche, la ciudad se llena de gente que vive con fe y fervor, unos, y con curiosidad, otros, la Pasión de Jesucristo representada en tres procesiones distintas.

El día comienza con las primeras luces del alba, con el ajetreo en la ermita de San Ramón, desde la que sale a las 8:00 de la mañana, puntual, Nuestro Padre Jesús Nazareno. En torno a la glorieta se reúnen cientos de veratenses, para acompañar a Jesús en su subida al Calvario. Por la calle La Plata y calle Mayor caminan dos filas enormes de hombres trajeados, con todos los miembros de la familia juntos. En la Subida de Jesús participa todo el pueblo, sin distinción. Esta tradición de siglos es la mayor seña de identidad de la Semana Santa de Vera.

Abría la procesión el Grupo de Artillería de la Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión, ubicada en la base "Álvarez de Sotomayor" de Viator, que es "hermano honorífico" de la archicofradía. Tras ellos, la cruz de guía y millares de hombres trajeados precediendo el trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen de la posguerra, obra de José María Ponsoda y Bravo. 

Durante el recorrido hasta la Plaza Mayor el trono del Nazareno representa las tres caídas del viacrucis. La última, justo al llegar a la plaza, donde la Legión lo recibe cantando "El novio de la muerte". 

Nuestro Padre Jesús Nazareno a su paso por la Plaza Mayor.

Acto seguido, la imagen del Nazareno, desanclada de su trono, se colocó a uno de los lados de la puerta de la iglesia, con la Virgen de las Angustias al otro lado. Y tras unas breves palabras del párroco, Jesús Martín, resonaron las palabras que marcan cada Viernes Santo: el Pregón del Judío. "Esta es la justicia que manda hacer y obedecer el adelantado Poncio Pilato, presidente de la inferior Galilea”, recitó una vez más Ramón Torres, el encargado desde hace algunos años de meterse en la piel del pregonero (un soldado romano que lee la sentencia contra Jesucristo).

Procesión de la Hermandad de Jesús

Sin apenas tiempo para tomar el café y la tostada protocolaria tras el pregón, salía desde la casa hermandad de la calle La Plata el enorme trono neobarroco del Lavatorio, llevado a costal por 40 mujeres, con el acompañamiento musical de la Banda CCTT Flagelación y Gloria de Elche.

La Virgen de la Piedad en Vera.

Después, la Archicofradía sacaba el no menos impresionante trono de la Santísima Virgen de la Piedad Coronada, también a costal y con el acompañamiento, como ya es habitual, de la AM Ntra. Sra. La Virgen de la Amargura de Lorca.

En la Plaza Mayor se unió al desfile Nuestro Padre Jesús Nazareno, con la música de la Banda Municipal de Vera, dirigida como siempre por Juan Francisco Soler. 

La Virgen de las Angustias, por la noche

Después de comer con la familia y tomar algo, llegó la hora de la procesión del Santo Entierro, de la Muy Antigua Ilustre Venerable y Patronal Hermandad de Nuestra Señora Santísima Virgen de las Angustias. A las 20:30 horas salía desde la ermita de la patrona.

La Virgen de las Angustias con miembros de la hermandad.

Con el pueblo casi a oscuras y una gran cantidad de mantillas, desfilaron el Santísimo Cristo de la Columna, con la Banda CC TT Expiración de Quesada (Jaén); el Santo Sepulcro, que estrenaba la talla del frontal del canasto, y estuvo acompañado por la Agrupación Musical San Indalecio de La Cañada (Almería) y un cuarteto de viento madera (capilla musical); y, por último, la Santísima Virgen de las Angustias, estrenando una nueva parihuela más ligera y cómoda, que contó con la música de la Banda Municipal de Vera y un cuarteto de voces.

Este año, además, la Virgen de las Angustias fue escoltada por cuatro agentes de la Policía Local de Vera, después de que hace unos días fuese nombrada protectora de este cuerpo.