Tribuna

Luis Fernández Martínez

¿Serán ustedes capaces?

¡Por favor, seamos serios! ¡sean ustedes serias! Llévense el nuevo edificio donde le corresponde, que sitios hay los, y propongan una intervención respetuosa y enriquecedora

¿Serán ustedes capaces?

¿Serán ustedes capaces?

Estas, espero respetuosas, reflexiones van dirigidas a las políticas responsables de la delicada intervención que se está gestando en el solar que hasta hoy ocupaba el edificio de Correos. Es decir, a la alcaldesa de Almería y a la consejera de Agricultura a las que me gustaría hacerles llegar, como ciudadano, vecino y arquitecto mi preocupación por la ordenación urbanística de esa sensible zona del centro de nuestra ciudad.

Antes que nada, las conmino a que abran los ojos y apresten los oídos, observen críticamente el lugar y, sin prejuicios, escuchen los comentarios de cuantos ciudadanos pasan por allí clamando por que al fin se imponga la lógica y, ante la evidencia, corrijan la intervención prevista, en beneficio de la incuestionable mejora del entorno urbano que sugiere el espacio resultante tras el derribo que, ya si, nos permite ver nítidamente las favorables consecuencias de una buena ordenación.

Desaparecido el edificio, queda el espléndido solar que ocupaba y que, a primera vista, nos sugiere convertirlo en una hermosa plaza de transición entre el Paseo y el casco histórico. Es lógico que nos emocione la nueva visión de algunos edificios que conformarían ese espacio y que, a pesar de su belleza y calidad arquitectónica, permanecían ocultos.

No obstante, no siempre está justificado cambiar edificios por plazas, la ciudad la conforman edificios, calles, plazas, jardines, monumentos… etc., pero hay ocasiones en las que conviene aplicar determinadas operaciones de cirugía urbana para ir enriqueciendo el diseño de la ciudad.

Esta es una de esas oportunidades en que tenemos la obligación moral de actuar.

Tras la irreparable pérdida del edificio del Colegio de Jesús, en los años 70 del pasado siglo, obra de Cuartara, y la reciente desaparición del que ocupó su lugar, sede de Correos, deberíamos tener las manos libres para reordenar la plaza de Juan Cassinello, resolviendo su entronque con el Paseo, mejorando su relación con el casco histórico y favoreciendo la contemplación de los bellos edificios que, contando con los más altos niveles de catalogación, merecen ser enfatizados por la ordenación urbanística.

Por último, invitar a reflexionar sobre la vigencia previsible del “artefacto” que, contra toda lógica, pretenden sus responsables edificar en ese cualificado lugar:

Si la otrora poderosa entidad de ámbito nacional Correos y con ella su sede central provincial, de robusta arquitectura, quedaron obsoletas hace más de una década ¿podemos esperar del nuevo invento mayor longevidad o vigencia? ¿y luego qué? ¿vuelta a empezar?

¡Por favor, seamos serios! ¡sean ustedes serias! Llévense el nuevo edificio donde le corresponde, que sitios hay los, y propongan una intervención respetuosa y enriquecedora que devuelva el sosiego urbanístico y el uso público a la tan tensionada zona.

Eviten un nuevo y grande error que tengamos que volver a padecer “los otros”, es decir los CIUDADANOS ALMERIENSES.

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