Tribuna

José María Martínez de Haro

Escritor y Periodista

Sociedad genuflexa

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La gran debacle de la democracia parlamentaria y liberal es un fenómeno social y político de envergadura. El desarrollo y el progreso de las naciones más avanzadas de Europa y del mundo se ha sostenido en los últimos setenta años. Este sistema de libertades amparadas con garantías constitucionales ha sido capaz de impulsar países asentados en regímenes democráticos donde la economía de libre mercado y la iniciativa privada han sido motores indiscutibles de un modelo de éxito. En ese mismo periodo, tras la segunda guerra mundial, otro sistema dictatorial impulsó un régimen político, social y económico asentado en el socialismo marxista leninista; el comunismo y sus devastadores efectos arrasaron las economías de aquellos países que integraron la URSS. Tras largos años de hambrunas, terror, violencia y exterminio, el fracaso de aquel sistema fue una realidad palpable hasta su desintegración. Rusia es el único país de aquella Federación fracasada donde un dictador sostiene por la fuerza y el crimen una tiranía capaz de arrastrar al mundo a otra guerra devastadora. Para ello sus potentes medios de infiltración en redes sociales y la intoxicación de la opinión pública amenazan la estabilidad de Europa y otras democracias del mundo.

La infiltración y contactos de agentes de Rusia con políticos delegados de un delincuente en busca y captura, Carles Puigdemont, que fuera Presidente de la Generalitat es causa de investigación de tribunales españoles y también de la UE. Parece fuera de dudas que Rusia estaba dispuesta a ayudar la independencia de Cataluña con medios económicos y según indicios con el envio a Cataluña de fuerzas paramilitares a las órdenes de los cabecillas de aquel golpe de Estrado de octubre de 2017. Este es un aviso para España, el país de Europa donde más ha avanzado el proceso de demolición de la democracia y del Estado de derecho, la mejor conquista de los españoles en varios siglos. A esta tarea se han dispuesto lo peor de una clase política totalmente degradada; aventureros, oportunistas, menesterosos, corruptos, gánsteres y delincuentes de toda ralea se han congregado con el objetivo común del saqueo de lo público y reparto del botín. No habrían de sorprender las biografías de la mayoría de los integrantes de esta banda, sin embargo resulta difícil entender cómo aquellos que lucieron togas y ganaron un prestigio como administradores de la justicia se han unido en cuerpo y alma a esta turbia conjunción de depredadores que se escudan en la etiqueta de la política. La política al parecer vale para todo. Nos referimos por los servicios prestados a la justicia por los que antaño fueran magistrados; Margarita Robles y a Fernando ¿Grande? Marlasca. Debe haber elementos de la naturaleza humana aún sin explicar.

Sin posible explicación los turbios silencios de ambos magistrados, ahora intoxicados de ideología ante los ataques frontales a la Justicia, al Consejo del Poder Judicial y jueces y magistrados en ejercicio, señalados y acosados con nombres y apellidos por diputados y miembros del gobierno del que forman parte La Srª Robles y el Sr. Marlasca. Ni una palabra, ni un atisbo de dignidad, silencio cómplice con los turiferarios que a diario cuestionan el prestigio de los tribunales y la imparcialidad de jueces y magistrados. Silencio cuando grupos parlamentarios secesionistas tramitan varias comisiones en sede parlamentaria con el propósito de investigar y revisar los procedimientos judiciales en curso o incluso concluidos con sentencias firmes sobre delitos relacionados con el golpe de Estado que fue el llamado “procés”. Ha tenido que ser un Organismo de la UE, la Comisión de Venecia” integrada por observadores extranjeros, quienes vengan a advertir sobre la pretensión de algunos grupos parlamentarios para que jueces y magistrados comparezcan ante dichas comisiones; la respuesta es una rotunda negativa ya que también el CGPJ ampara a jueces y magistrados que no tienen obligación alguna de comparecer ante dichas comisiones. Afirma dicha Comisión de Venecia que esto sería una injerencia del poder legislativo sobre el poder judicial y eso es contrario a los principios fundamentales de la UE. Silencio ominoso de Robles y Marlasca.

De otra parte la degradación democrática se hace visible en las injerencias de la Fiscalía General del Estado posicionándose en asuntos que favorecen los intereses del gobierno en todas sus causas. La política de nombramientos del actual Fiscal General ha quedado seriamente comprometida con la decisión del Tribunal Supremo de anular la designación de Dolores Delgado como Fiscal Togada de lo Militar en el Alto Tribunal, causa para que el Fiscal general haya sido acusado por el T.S. de una “desviación de poder”. Y en esta misma línea otros nombramientos en favor de fiscales “afines al gobierno” y pronunciamientos, silencios y complicidades en las causas sobre el procés y los políticos imputados por delitos terrorismo y alta traición que son motivo de escándalo público. No hubo durante los últimos cuarenta años la sensación de “tercermundismo” que enturbia la política española y sus ramales afines; medios de comunicación, administradores públicos, de la carrera judicial, la fiscalía, los tribunales y organismos de control al gobierno, altos cargos y políticos en general entregados a la utilización de los medios del Estado en favor de sus intereses personales. Esta es la matriz de la corrupción económica, política y personal que empapa las esferas de la política española en todos sus escalafones.

Esta situación bochornosa que detallan los casos de corrupción que diariamente aparecen en los medios de información por investigaciones de la Guarida Civil y la Policía Nacional no parecen conmover a los miembros de un gobierno señalado en varios ministerios y autonomías cuyos dirigentes están señalados en algunas investigaciones como autores y cómplices de una trama corrupta. La técnica de esparcir dudas sobre los adversarios políticos fue práctica habitual en otros tiempos de triste recuerdo cuando la honestidad y la dignidad personal no cotizaban en el mercado político.

La democracia española está siendo amenazada por agentes exteriores que tratan de debilitar las democracias parlamentarias y liberales favoreciendo los movimientos separatistas, populistas y comunistas que amenazan a España y Europa. Vladimir Putin, gobernante plenipotenciario de un país con el mayor arsenal nuclear del mundo, está dispuesto por utilizar cualquier medio para alcanzar la extensión territorial de la Gran Rusia como lo fuera la URSS. En España políticos con responsabilidad de gobierno maniobran coaligados con golpistas, secesionistas y enemigos seculares del Estado para implantar una República plurinacional y marxista. Asi consta en los idearios de ERC, Compromís, Podemos, IU, Sumar, Mas Madrid, CUPs y Bildu.

Sin embargo, este rumbo hacia la decadencia no motiva una réplica social en defensa del Estado, de la Constitución y la democracia. Los corruptos lo saben y el gobierno también.

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