Tribuna

José María Martínez de Haro

Carmen Calvo, especie mutante

Carmen Calvo, especie mutante

Carmen Calvo, especie mutante

He visto con asombro en TV a Carmen Calvo tratando de convencerse a ella misma sobre lo que declaró en 2019 en una emisora de radio con meridiana claridad “la amnistía está prohibida en la Constitución, absolutamente prohibida en nuestra Constitución y en todas las democracias ya que borra el delito lo que significa que el poder judicial no existe”. Claro y rotundo. Dos años más tarde, al ser interpelada en el Senado en 2021 como Vicepresidenta del gobierno sobre la amnistía, se reafirmó y sentenció con voz campanuda y solemne;” la amnistía no es planteable en un Estado constitucional y democrático porque sería suprimir literalmente uno de los tres poderes del Estado, el poder judicial”.

Tras esas opiniones de una supuesta jurista de reconocido prestigio” en la sede la soberanía popular cabe imaginar que serían millones de espectadores que entendieron sin género de dudas que la amnistía no cabe en la constitución y que el PSOE jamás haría alguna proposición para aplicarla, menos aún para llevarla cabo mediante una ley. Pero la naturaleza y las necesidades orgánicas hacen posible la degeneración de las especies, singularmente la especie humana. Dos años más tarde Carmen Calvo se postra genuflexa ante el Poder y con la cabeza gacha repite una tras una las palabras precisas del rito de la Secta; “no soy nadie, solo ante Ti resplandezco, tus palabras serán mis palabras y todo lo que hicieres será asumido como si de mi miserable naturaleza saliera”. Y asi fue investida de un alto cargo presidenta del Consejo de Estado como premio extraordinario a sus contradicciones y mentiras. En medios universitarios se conoce que Carmen Calvo no es Premio Extraordinario Fin de Carrera de la facultad de Derecho, la etiqueta de excelencia universitaria. Todo encaja en este régimen de Koldos como ejemplo para la militancia.

Hablemos de prestigio. ¿Cuál habrá de ser el prestigio de Carmen Calvo ante los millones de ciudadanos que la creyeron sobre la inconstitucionalidad de la amnistía? El mismo prestigio de una buscavidas políticamente arrumbada en el sótano de un partido entregado al despiece del sistema político constitucional y democrático de España que ahora la recupera porque no cuenta entre sus filas nadie de auténtica categoría jurídica como tuvo en otras ocasiones; Gregorio Peces Barba, Eligio Hernández, etc. Ya dije, la naturaleza es capaz de mutaciones sorprendentes, las babosas se transforman en pura materia orgánica devoradas por los pájaros. Tal como ella misma alega, este que firma a pie de página es Doctor de Derecho Constitucional, y añadir que además obtuvo el Premio Extraordinario Fin de Carrera. Y otra diferencia, no he organizado mi vida con sueldos y prebendas de los que Carmen Calvo ha hecho su modo de vida cobrando desde hace más de treinta y cinco años en su condición de rémora política entregada a un sectarismo impropio de una jurista. Me honro de seguir a los grandes maestros del derecho constitucional; Manuel Aragón, Pedro de Vega, Antonio Torres del Moral, Adolfo Posada, Francisco Sosa Wagner, todos ellos me inspiran y acompañan mis razonamientos jurídicos con su sabiduría y templanza. Tras cuarenta y cinco años de observación sobre la actividad pública, resulta evidente que quienes se apartan de la recta línea del derecho y se enganchan a la conveniencia política asumen una degradante mutación de prestigio aún a costa de la dignidad como profesionales del derecho y también de la justicia. Es muy de lamentar que algunas biografías antes respetadas hoy se mezclen en el sumidero de las aguas sucias. Hay abundantes muestras de semejantes mutaciones que jamás recuperaran su aurea de respetabilidad.

Pero hay que repetirlo mil veces, Carmen Calvo jamás ha ido una jurista, para ello habría debido hacer valer sus investigaciones y su obra jurídica publicada, tampoco alcanzó la cátedra, y nunca fue reconocida en ámbitos intelectuales ni jurídicos. Siempre la acompañará aquella estupidez conceptual cuando afirmó; “estamos manejando el dinero público y el dinero público no es de nadie” y a esto añadió su famosa frase” yo fui cocinera ante que fraila”, semejantes estupideces e incorreciones no la pueden habilitar ni como conserje de una guardería y la sitúan en el borde del analfabetismo verbal y rupestre.

Como conclusión argumentada, y como bien ha de conocer la titulada en derecho según tradición secular en España una persona vale lo que vale su palabra. Ha quedado claro que la palabra de Carmen Calvo carece de valor y este valor negativo la empuja hacia el desprestigio, aun en el cargo de tan alta responsabilidad que hoy ostenta .Es posible que los años de representatividad que le restan los aproveche para descender otros escalones hacia la nada asegurando una mención en las páginas de la picaresca española y un día no tan lejano la señalen como a tantos otros porque fracasaron en sus obligaciones primordiales con España, con el Estado de Derecho y por ser colaboradora necesaria de las políticas orientadas a destruir los vínculos de paisanaje, la convivencia democrática y la concordia tan necesarias para garantizar la igualdad y la fraternidad entre todos los ciudadanos que se amparan en lo que es y representa esta Nación. Algo así como lo que vacuamente figura entre los enunciados fundacionales del Partido Socialista Obrero Español.

Con estas líneas se describe la irrelevancia profesional y jurídica de la persona elegida por Sánchez para presidir un alto Organismo del Estado como pieza de esa componenda antidemocrática con quienes se han comprometido arrasar el régimen político que los españoles votaron en 1.978. El jueves 14 de marzo a las 13,45 h quedara grabado como un día y una hora decisivos para consumar la traición. Y allí estaba Carmen Calvo, votando impávida la Ley Infame junto a otros tantos perjuros; Pedo Sánchez y su corte de menesterosos también Ábalos, pura omertá, y el padrino de Koldo, el electricista aventajado. El PSOE con el asesoramiento técnico Carmen Calvo y otros “juristas” ha consumado una lección magistral de fariseísmo y cinismo. Queda anotado en el cuaderno de bitácora y en las hemerotecas. Como saben los lectores esta Ley Infame ampara y despenaliza todos los delitos de terrorismo y alta traición, malversación a los enemigos del Estado y borra toda responsabilidad penal, administrativa y contable de las personas relacionadas con el procés durante los últimos doce años. Es decir, los delincuentes políticos son impunes y los ciudadanos del común deben vigilar las infracciones o actividades que rocen el código penal porque no tendrán amparo alguno. Asi es la política en España según Pedro Sánchez ,Carmen Calvo y Carles Puigdemont; un refugio seguro inalcanzable para la Justicia.

Todo eso parece muy asumible cuando la ética y la dignidad se mercadean en los arrabales de la política, ahora es momento de sacar pecho de falsas credenciales y vivir a toda pastilla porque hemos asumido sin pestañear que “ el dinero público no es de nadie” ( Carmen Calvo dixit).

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