Una raya en el mar

No es eso, señora alcaldesa

Para los almerienses el centro histórico, siempre que se acometió su renovación, ha sido espacio vital reservado a la cultura

Antes, cuando hacías una pregunta a un alcalde su respuesta tardaba mucho en llegar, como el futuro. Y es que en aquella época de la autarquía los alcaldes ocupaban ese espacio que siempre estaba en la lejanía de lo inaprensible e inalcanzable, eran un sistema jerárquico donde todas las puertas estaban cerradas. Pero hoy los alcaldes son todo lo contrario, como la alcaldesa de Almería, que con veinte asesores full time dedicados a aconsejarle sabe que, para no perder comba, la política es un sueño colectivo que estalla, muere y se renueva cada cuatro años. Y podría renovarse por méritos propios si tales asesores le aconsejaran hacer partícipes a los comerciantes del colectivo Almería Centro sobre la conveniencia o no del Smart Green Cube en el antiguo edificio de correos. Es el catón de la política, señora alcaldesa, el silabario para gobernar en democracia y, de paso, poder convencernos científicamente que un Smart Green Cube para el cultivo de hortalizas y verduras serán todo lo bioazul que le hayan contado, pero aunque la clorofila de invernadero sea el pim pam pum de la agricultura almeriense, tal vez también pueda entender que, para recuperar aquel bullicio de cultura y espacio comercial que ha sido históricamente el Paseo de Almería, quizá no sea el lugar adecuado y sí el PITA, que para ese fin fue creado.

No parece propio de usted, señora alcaldesa, optar por una solución tan unilateral. Es mejor no mancharse con el albañal nihilista que respira la política de hoy, esa que no sabe combinar objetivos con oportunidades; o la del que piensa que todo le esta´ permitido en nombre de su mayoría absoluta, y aguanta el clamor colectivo como quien oye llover. “No es eso, no es eso”, advertía el filósofo ante la prepotencia del régimen republicano cuando decía que “los republicanos creen que son la República”, tampoco debe creer que usted es Almería, pero a Ortega nadie le hizo caso, claro.

Para los almerienses el centro histórico, siempre que se acometió su renovación, ha sido espacio vital reservado a la cultura por donde ha transitado cientos de años el alma de Almería, un paisaje que los almerienses deberían seguir atravesando porque esta´ cargado de un misterioso poder que lo hace sagrado.

No es nostalgia, señora alcaldesa, no es eso, es que ese espacio reservado para el Smart Green Cube será devorado por el futuro que avanza a grandes zancadas que, además, nunca podrá ser reemplazado por un público apasionado por el arte, la música o el cine que permita un respiro mental a la ciudad y un empuje al centro histórico, que aún es representación en si´ mismo de lo que siempre ha sido:: la cultura derramada por la calle.

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