ABRIL se muestra en todo su esplendor. Leo en la quietud de mi terraza entre rosales florecientes. Los geranios han aguantado el invierno y comienzan a verdear, las petunias puntean con destellos rojos, blancos y azul.es Unas pequeñas mariposas revoletean entre las flores. Silencio en la calle, este es mi pequeño universo. Fuera de este rincón continúa el ruido y la furia.

Creo que una buena terapia de desintoxicación consiste en abstraerse en la belleza. Unas observaciones a propósito de la efervescencia maléfica que es la actualidad política; Montesquieu advirtió que el poder suele enloquecer a quien lo toca. En España la realidad muestra algunas diferencias en relación a otros países. El factor latino, meridional y mediterráneo añaden notas a la personalidad política como la de creerse imprescindible e importante. Esa satisfacción intima de creerse importante suele nublar el juicio. Se creyeron importantes Mariano Rajoy y Pablo Iglesias por poner algunos ejemplos, ambos han acabado en el vertedero de la irrelevancia.

El doblemente fracasado Iglesias se ocupa de “predicar” en twiter y otros medios afines, maestro del ruido ha elevado a la categoría de “héroe” a un ex miembro de ETA” porque según Iglesias, “se enfrentaron jugándose la vida y la libertad a una dictadura terrorista y asesina y solo merecen un nombre, héroes”. Se olvidó el twitero compulsivo de los niños, niñas, ancianos, civiles de toda edad y condición que fueron asesinados por esos “héroes”. Así se reescribe la “ley de memoria torcida”. Sobre Mariano Rajoy unas líneas compasivas a quienes fueran sus votantes; un gandul ilustrado desentendido de sus obligaciones primordiales, negligente en la vigilancia de quienes anunciaron la convocatoria de un referéndum que lo hicieron sin que él y su “valida” hicieran algo capaz de frenar o impedir aquel bochorno. Y ocurrió lo que ocurrió. Hasta hí llegó la importancia de ambos fracasados.

El turno rocambolesco de la Ley D’Ont nos ha permitido disfrutar de alguien como Sánchez, otro imprescindible e importante. Sería interesante un ejercicio de reconocimiento de tantos otros que han logrado alcanzar la cima a base de “sancheces”. Desde la perspectiva práctica, imprescindibles e importantes son el cirujano que he extirpar un tumor, el investigador sobre las células y neuronas que podrían paliar el Alzheimer, el científico que avanza en soluciones capaces de mejorar nuestras vidas, quienes nos proponen fuentes de energía limpias y sostenibles, todos ellos actores del progreso de la humanidad. Los políticos son en el mejor de los casos meros transeúntes, circunstancias pasajeras que nos pueden alegrar la vida o joderla de manera insoportable. Apenas eso.

Conocí el triste final de Adolfo Suarez, unos años pletórico de fama y poder. Circunstancias varias y adversas le llevaron a la decepción, después a la depresión y finalmente a que no se reconociera a el mismo. Ejerció prudentemente el poder y fue traicionado y después ninguneado por algunos de los suyos. Hablamos largos ratos sobre todo esto en aquel despacho de la calle Antonio Maura de Madrid donde se retiró con los más fieles. Creyó que habiendo sido el primer presidente de la democracia, tan aclamado y tan vitoreado podría hacer que su nuevo proyecto, el CDS fuera la clave de la política española. He de decir que hube de hacerle una enmienda a su percepción de la realidad. No te confundas Adolfo en España eso no funciona, cuando el poder te abandona, los demás te abandonan sin remilgos. Se creyó imprescindible y para su sorpresa resultó muy prescindible. No ha sido así la retirada de algún otro mandatario que tras una derrota estrepitosa como presidente y candidato de otro partido mayoritario se dedica ahora a lamer las botas de los tiranos y dictadores de toda ralea que arruinan los países de habla hispana.

Poco importa a este necio avaricioso trasvestido en paladín de las dictaduras bolivarianas; torturadores, corruptos,ladrones y asesinos que gobiernan esos países empobrecidos hasta la hambruna , se supone el “interés” que le mueve por sus intervenciones como “embajador in pectore” de esas dictaduras. Podría explicar aquella visita y aquellas maletas que llegaron al aeropuerto de Madrid introducidas con nocturnidad y complicidad en España. O las maniobras delictivas de aquel embajador imputado por la justicia española junto a sus familiares por blanqueo de capitales y otros delitos cuando él necio avaricioso era mandatario supremo. Es posible que aún crea que fue importante , ahora mete sus patas en el contenedor de la basura tóxica, imposible reciclar.Y remato con otro que sin duda se cree también importante, Joan Laporta, Presidente del Club de Futbol Barcelona. Siguiendo la matriz del sanchismo, Laporta considera a los madrileños como tontos del culo. Olvida que Sánchez salió de su intentona electoral con el rabo entre las patas.

Su campaña contra Ayuso resultó ser una serie de proclamas guerreras sobre el fascismo madrileño; “no pasarán”, “tabernarios, fascistas” gritaba enfervorecida aquella panadera asturiana cuando era portavoz del PSOE coreada por ministros y ministras, incluso el candidato a la Comunidad de Madrid, el frailuno de las bofetadas sonoras cuando los corazonistas, se puso gallito y balbuceaba las mentiras como un ensalmo electoral mágico; “hay que frenar a la extrema derecha y al fascismo”. Y así ocurrió lo que ocurrió. Los madrileños se tomaron su turno de réplica en las urnas. Estos días Joan Laporta repite el mismo error sobre Madrid. En lugar de explicar con claridad porque se pagaron aquellos millones a Negreira, (tal vez por ser buen chico) señala públicamente al Real Madrid como “el Club del régimen franquista”. Laporta ignora el valor de las hemerotecas, y los archivos de NODO.

Y ahora ha de tragarse su tontuna con un video donde la verdad histórica luce con la credibilidad de las imágenes del Nou Camp abarrotado y los jugadores y público cantando y entonando el himno nacional mientras el presidente del FC Barcelona mostraba desde el palco una gigantesca bandera de España siendo aclamado por los hinchas culés. Efectivamente durante años y años, en el estadio del Barcelona lucieron los símbolos del régimen franquista sin que hubiera protesta o actos en contra. Y entre las muchas concesiones al Club azulgrana, subvenciones, recalificaciones, favores y concesiones hasta inaugurar el gran estadio que hoy disfrutan todos los aficionados. Habrá de recordar a Laporta aquella insignia del Club en oro y diamantes que ofreció el FC al Caudillo entre vítores y aplausos. Así fueron los hechos, entonces se hacía “negosi “ para beneficio de aquella burguesía como el famoso “abuelo Florenci” que mencionó Jordi Pujol como ejemplo de los que hicieron fortuna. Ahora ha cambiado la perspectiva, pero el “negosi” continúa enriqueciendo siempre a los mismos.

Un mirlo se ha posado en la valla del jardín, acabo estas líneas con el cántico de este pájaro maravilloso que sigue enamorado de Madrid.

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