Palabras sonoras: mensajes huecos

Mi atención se centrará en el contenido de las críticas y de las defensas de la figura del presidente del gobierno

Ha sido muy difícil, por no decir imposible, sustraerse al torbellino en el que nos hemos visto envueltos durante más de una semana. Son declaraciones y manifestaciones de los dos signos que han saturado los medios de comunicación y que nos han estado bombardeando sin piedad. Es penoso vivir en ese ambiente, pero lo más penoso es pararse un poco a pensar en qué es lo que nos han estado diciendo. ¿En qué han consistido los ataques y las defensas que han tenido como eje la carta que Pedro Sánchez ha dirigido a la sociedad española, en la que manifestaba su profundo malestar, planteándose si valía la pena seguir en el poder a cambio de recibir ataques sin cuento por parte de partidos y algunos medios? No voy a entrar en si la carta tiene sentido o no; tampoco voy a valorar el resultado de sus cinco días de reflexión y sus consecuencias. Esto le corresponderá a los análisis que puedan efectuarse una vez se contemplen los resultados.

Mi atención se centrará en el contenido de las críticas y de las defensas de la figura del todavía presidente del gobierno. No hace falta ser un lince ni profundizar en los mensajes. Sin necesidad de mucha reflexión concluyo que toda esa nube que nos ha estado envolviendo es de pena. Las críticas no podían ser más abstractas, generales, sin ningún tipo de contenido valioso n justificación. Decir así, a voleo, que ha sido el peor presidente de la democracia, que todo lo ha hecho mal, que el país ha caído en el peor de los abismos por su culpa, y ya descendiendo a nivel personal, decir que es una ególatra un narcisista, un incapaz carente de toda ética… ¿qué valor puede tener para una mente un poco reflexiva? O prestar casi juramento de vasallaje, considerarlo lo mejor que ha podido tener España en estos tiempos convulsos, que “no te vayas, quédate”, dando a entender que sin él estaríamos abocados al mayor de los fracasos y que “España se va a hundir si te vas” y vamos a volver a los tiempos más negros ¿tiene mucho más valor que aquellos denuestos para alguien que quiera pensar un poco? Esas críticas y esas alabanzas tienen un tufo de populismo en el peor de los sentidos. Lo más penoso es que esas palabras hayan sido el hilo conductor de la toma de posiciones por parte de la ciudadanía. Si ha sido el peor presidente, dígase por qué. Y valga lo mismo cuando se dice que ha sido el mejor: ¿por qué? Ninguna de las dos aseveraciones es verdadera. Por favor, finura intelectual

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