Que ahora se renueve la ejecutiva municipal del PSOE de la capital no significa que haya resucitado como Lázaro, ni haya salido del pozo electoral en el que se encuentra, ni que se hayan conjurado los riesgos que se ciernen sobre su devenir si no es capaz de reflexionar sobre sus errores, remotos y actuales, que le mantiene prisionero, sin respuestas políticas posibles que ofrecer a la sociedad almeriense.

Que se renueve su órgano de dirección no deshoja la margarita del Grupo Municipal plantado en el “tertium quid”, incapaz de deshojar si es alternativa al PP definiendo qué perfil de alternativa quiere encarnar, qué visibilidad va a representar ante los ciudadanos, o va a ser sólo alternativa al poder político dentro de la nueva dirección política.

De momento, deberá resolver cómo diluir la vieja lucha interna de familias y el mirar de reojo a la dirección provincial como eje de su ideario político; deberá resolver cómo acabar con esa arrogancia de quienes han ejercido el poder interno en el seno de la Agrupación Local y el Grupo Municipal Socialista, porque su inercia, distracción o desdén han dado lugar a que muchos de sus militantes terminaran en hartazgo, desconfianza o desilusión, corriendo el riesgo de los últimos veinte años, si no antes, de equivocarse de adversario político, dando alas a gobiernos municipales preeminentes de derechas en la ciudad.

El reto que tiene el PSOE de la capital por delante es, por un lado, recuperar internamente cierto crédito democrático perdido tras aquel episodio de las primarias de 2018, donde se optó por disolver y eliminar a los candidatos no oficiales a través de una masiva afiliación en la Agrupación Municipal, de la que entonces era secretario de organización Indalecio Gutiérrez, que posteriormente el Comité de Ética del PSOE Federal reconsideró dessestimando la incorporación varios centenares de preafiliados.

Además de esa falta de crédito interno también ha de recuperar el terreno perdido, abandonar el ruido interno y afianzar su base electoral histórica, perdida estrepitosamente en las elecciones municipales de 2023, dejando actualmente un Grupo Municipal Socialista a la intemperie, haciendo aguas, ausente de liderazgo, necesario para una alternativa.

En las próximas municipales alguien con prestigio ha de saber defender el legado socialista que nos ha alejado de un electorado de centro progresista, olvidando la estrategia histórica de este partido cual es la de ser un partido de mayorías, liderando los debates y las soluciones para una Almería del siglo XXI, capaz de ofrecer respuestas a las incertidumbres de los almerienses ante un PP que no incorpora nada nuevo a estos debates, pero también ante un PSOE que ni arriesga ni innova en sus alternativas para situar a los almerienses, por ejemplo, en la pirámide que sitúe la movilidad en su cúspide, implantación de la Zona de Bajas Emisiones, redefinir la actual red del transporte urbano escuchando a la ciudadanía y, sobre todo, generar confianza social, deteriorada por la duda, y mejores referentes personales para liderar un partido que aparque esa izquierda antigua de viejo estilo, aunque lo lideren recién llegados. Que sea un instrumento útil para esta ciudad mordida por la brecha de la desigualdad social cada vez mayor y la ausencia de imaginación política.

No sé qué será la política para los demás, pero para mí es una forma de organizar el mundo. Me refiero al mundo de ahí afuera, el del paisaje de la ciudad pero también el mundo cenagoso de los que no llegan a fin de mes porque la vida se los está comiendo vivos.

Que se escuche atentamente el mensaje de los almerienses en las últimas elecciones municipales y se deje de pensar que lo sucedido en estos últimos veinte años ha sido solo un accidente, o es responsabilidad de otros. Aprender de la experiencia pasada es obligado, pero si estas reflexiones enriquecen un necesario debate y genera otros y se consigue que esta ciudad, en manos de alcaldes del PP los últimos veinte años, con una estrategia de comunicación efectiva traslade a los almerienses la importancia de los retos que merece la ciudad doy por cumplido el objetivo perseguido: crear una nueva base electoral capaz de impulsar un próximo gobierno municipal de progreso que de soluciones a los retos que merece la Almería del futuro.

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