Nuevos destinos turísticos

Los informes oficiales internacionales señalan que ya ha bajado un 10 % la demanda turística en todo el Mediterráneo

Con la calima encima de nuestras cabezas –literal y sicológicamente- a ver de qué escribimos, teniendo en cuenta que no podemos pedir el voto para los nuestros. Lo único que se nos ocurre es hablar de lo que hablamos cuando estamos en el ascensor. Y ahora con más razón, porque si sigue esta calorina en ascenso nos quedan un par de “pelaos”. Hasta hace poco se decía que hay que ver el mundo que le íbamos a dejar a nuestros nietos. Pero la aceleración que está pillando el calentamiento global nos hace temer que lo vamos a sufrir en nuestras propias carnes de abuelos.

Los negacionistas suelen argumentar que siempre ha hecho calor. Cuando se ha publicado que el jueves la mínima en Berja fue de 31 ºC, hay gente que recuerda que en esa misma Berja, en julio de 1978, se superaron ampliamente los 50º C, lo que supuso un record europeo; murieron cientos de aves, entre ellas las gallinas que eran sustento o complemento de numerosas familias. Es un dato histórico, pero se dio solo un día, durante unas pocas horas. No fue una ola de calor de varios días, repetida cada dos semanas, como ahora. Y además hace calor hasta en Moscú, o en el Polo Norte. En Figueras, a pocos kilómetros de la otrora fresquita Costa Brava, han llegado a 45 ºC. Los ejemplos son múltiples. Por volver aquí al lado, en Málaga han “disfrutado” de un terral sobresaliente que hubiera reventado los termómetros si fueran de mercurio. Hasta los meteorólogos de las televisiones han tenido que olvidar su “costumbre” de no citar las temperaturas malagueñas muy altas o muy bajas: oficialmente era el paraíso turístico español. Y hablando de turismo, los informes oficiales internacionales señalan que ya ha bajado un 10 % la demanda turística en todo el Mediterráneo. En España está aumentando el turismo en las regiones cantábricas. Los hoteles de hielo, que antes eran una rareza, serán pronto habituales. Siempre que quede hielo en los polos, que esa es otra. Nos llegan noticias de que en los bares ya están cobrando los cubitos para el café con hielo. De momento no nos consta que los cobren en los cubatas. La buena noticia es que “hay gente pa tó”: hay cola en el Valle de la Muerte para experimentar el placer extremo de los 54,4 ºC, récord de 2020 a punto de caer, y hay quien no quiere perdérselo. Menos mal que, venciendo ancestrales temores, hace años que en Casa Puga y El Quinto Toro decidieron poner aire acondicionado.

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