Un robot camarero para ayudar en la hostelería. Nicolás López Escudero de 39 años, es el propietario desde hace siete de la cafetería Clásico y Moderno en Roquetas de Mar. Es un amante de las nuevas tecnologías y durante un viaje a Madrid en el año 2019 se topó con la que hoy es la joya de la corona de su establecimiento. “Cuando lo vi me pareció muy interesante y comencé a mover a mis contactos para adquirir uno igual y lo conseguí”, afirma. Lo adquirió por 5.400 euros. Pero, las cosas de palacio van despacio y más si lo que quieres se encuentra en Asia. Tras varias gestiones y unos meses de espera aterrizaba en Avenida Unión Europea del municipio procedente de China la que hoy es el único robot camarero de la provincia (hubo más pero ya no están activos).

El estallido de la pandemia supuso un varapalo para todos, pero para algunos sectores como el de la hostelería lo fue aún más. Y como un “milagro”, en un avión cargado de mascarillas, llegaba Estefanía para ayudar a Clásico y Moderno a seguir a adelante, a pesar de las dificultades. “Fue al principio de la pandemia, cuando finalizó el confinamiento ya estaba aquí, y la verdad es que nos ayudó. La gente tenía mucho miedo al contacto con el camarero, y gracias al robot había menos contacto y la gente se sentía más segura”, explica.

Si algo distingue a este establecimiento desde su apertura además de la decoración, la elaboración del producto, la dosificación en los combinados: corto, medio o largo, siempre la misma medida y, por ende, siempre el mismo sabor, su famoso café bombón batido, que “en calidad precio es lo mejor que hay ahora mismo en la provincia”, apostilla López, es la relación de familiaridad con los clientes.  Por eso, cuando Nicolás supo que iba a recibir ya el robot no dudó en consultarles el color y el nombre a sus clientes. “Encuestas en redes sociales y preguntando directamente a los clientes habituales en el local. Así se eligió el color rojo y, por mayoría, el nombre de Estefanía”, asegura matizando además que “en ese momento en televisión estaba el boom de Estefanía”.

La decena de camareros que componen la plantilla de Clásico & Moderno recibían con los brazos abiertos a su nueva compañera, que lejos de venir a sustituirles es un refuerzo para ellos. “También he recibido críticas de personas que son reacias a la tecnología y que piensan que viene a quitar trabajo a la gente, pero es un apoyo como lo es una cafetera o un lavavajillas. Hay cosas que van evolucionando y el robot nos facilita el trabajo”, puntualiza.

Es una compañera más para todos

Nada más verla lo primero que se te viene a la cabeza es uno de los míticos droides de la saga Star Wars. La llegada del autómata ha sido un auténtico reclamo para la clientela. “Una vez incluso me llamó una familia desde Níjar para saber si era verdad y no darse el viaje en vano. Vienen de muy diversos sitios para conocer a Estefanía”, afirma. Pero si hay alguien que esté encantado con su presencia “son los niños. Vienen y empiezan a decirle al camarero: ponme a Estefanía. Y la achuchan. Les encanta”.

Solo necesita cargar su batería una vez al día y puede funcionar durante 10 horas ininterrumpidamente

Estefanía no es completamente autónoma. Necesita de un camarero para llevar a cabo su función. “Tiene un mando con los números de las mesas, el camarero selecciona los números de las mesas donde quiere llevar el producto y cuando llega a la mesa se gira, el cliente coge su consumición y Estefanía le dice: “si no necesita nada más pulse el botón Exit, por favor”. Tras dar las gracias al cliente, se gira y regresa a su sitio de partida”, explica López. Además, Estefanía necesita de un mantenimiento y es desinfectada continuamente.

Se mueve a través de unos raíles por los que atraviesa los 150 metros del local destinados al público, sin demasiada agilidad para evitar que se le puedan caer las consumiciones que lleva en sus dos bandejas. Tiene unos sensores de proximidad que permiten mantener la distancia entre camarero y clientes. “Solemos utilizarla sobre todo para llevar las tostadas a las mesas”, apunta López.

Aunque no esté atendiendo una mesa continúa su labor promocionando nuevos productos del local

Si no está atendiendo ninguna mesa se mueve por el local recordando lo importante de cumplir con todas las medidas de seguridad a rajatabla, o dando a conocer las novedades del local, entre otros mensajes. Aunque está programada para poder interactuar con los clientes “es en inglés, por eso no lo utilizamos para interactuar, pero sí para promocionar nuevos combinados o productos a través de la Tablet que lleva”, sostiene el propietario de Clásico & Moderno.

Pero Estefanía además ejerce de Relaciones Públicas. “Cuando hay muchos clientes la ponemos en la puerta para saludarles y darles la bienvenida”, añade.

Es un gran apoyo en el trabajo de todos día a día

Estefanía no necesita un sueldo ni tampoco vacaciones solo pide que le carguen la batería para continuar. “La batería le dura unas diez horas de trabajo ininterrumpidas. Lo cargamos por la noche”, explica. Y así, mientras todos duermen ella se recarga y con la batería al cien por cien amanece preparada para “enfrentarse” a una nueva jornada de trabajo aliviando el de los camareros y dando más de una alegría a los clientes con su originalidad y amabilidad artificial.