Una poesía a la experiencia de estar vivos por parte del multifacético director Wim Wenders, el autor de la contemplativa “Paris, Texas” (1984) nos trae un relato del día a día de un hombre común, un limpiador de baños en la apresurada Tokio a día de hoy.

Un hombre que encuentra belleza en lo cotidiano que muchos rechazan y logra orden en una estructura quizás rechazada por el espectador común.

Wenders trabaja de mano de Koji Yakusho, que trae una pureza destacable al papel del silencioso Hirayama, un hombre con una vida estructurada, que en su tiempo libre escucha música americana y lee libros de manera constante.

La apreciación por la cultura que lo rodea, por la naturaleza que envuelve los escenarios en los que se mueve diariamente y la gente que lo acompaña desde las periferias plantean un mensaje foráneo para la percepción de la vida moderna, vivir realmente contento con poco, quizás medir el éxito con variantes que se alejen de las tradicionales métricas de éxito de ingresos y familia.

Hirayama, a pesar de su particular manera de vida, no es ajeno al contemporáneo ritmo de vida que lo rodea y el director se hace cargo de hacérnoslo saber, desde su paz impoluta vemos elementos que pueden causar disrupción, como un compañero de trabajo muy joven tratando de ligar, sin dinero y presionándolo a vender sus cassettes de rock de los 70s, ahora un concepto tan vintage y valorado como las nuevas olas que profesan el mindfullness como una novedad, cuando fue algo que jamás se debió dejar.

Precisamente el protagonista brilla en estos contrastes, ya que muestran que en vez de ser una simple casualidad encontrarse con un ritmo de vida y temperamento tranquilo, es un esfuerzo explícito y constante por preservar su paz.

La película se reafirma no solo como una observación de la vida sino sobre una reflexión acerca de un tema que suele ser constante en la mayoría de las personas, la trascendencia. Retando así a los preceptos de un hombre mayor de edad solo y que, inevitablemente, se enfrenta a su propia mortalidad con el paso de los días. Excepto que esta vez lo enfocan mostrando a lo que dejó ir, un estilo de vida acomodado por una familia que le ofrecía algo que él no quería o un amor que mantiene en lo platónico para no irrumpir la propia paz que tanto le logró conseguir.

En una narrativa que respira a los previos trabajos de Wenders, es fácil percibir que su mirada lejos de juzgar o glamorizar un estilo de vida que a priori puede parecer mejor, solo reflexiona sobre las distintas opciones de vida que se pueden tener y como todas son válidas y conforman el paisaje que el mismo protagonista observa de manera diaria, la belleza de la vida reside en sus diferencias.

El largometraje está actualmente en carteleras en todo España. .

Tiktok: @snasfilm

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