Lnémesis castigó a Narciso haciendo que se enamorara de su imagen y éste acabó arrojándose a las aguas. En ese lugar creció la flor que le debe su nombre.

¿Estaré en lo cierto cuando pienso que el presidente del gobierno, en sentido literal, está enamorado de sí mismo y que la guía de su vida es evitar todo lo que pueda dañar la belleza, que él supone, que tiene su imagen?

Ignacio Flores

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