Cada 14 de febrero se celebra el día de San Valentín, patrono de los enamorados. Un día señalado en rojo en el calendario de los más románticos en el que los restaurantes se llenan de mesas para dos personas y el "amor flota en el aire", como dice una famosa canción.

En la ciudad de Almería, el día de San Valentín es si cabe más especial, pues desde hace siglos se relaciona la figura de este santo mártir con la catedral almeriense. Según cuenta la leyenda (con trazos de historia real), los restos de San Valentín reposan en Almería.

Como explica Maribel García Sánchez, licenciada en Historia del Arte, en las páginas de Diario de Almería, lo cierto es que hasta la ciudad llegaron en el siglo XVIII las reliquias del cuerpo de un tal mártir San Valentín. Se trataba de unos huesos localizados en las catacumbas descubiertas en Roma en en siglo XVIII. Un cadáver que había sido enterrado con una copa de sangre, en alusión a su martirio, y en cuyo enterramiento había una inscripción que decía "Valentino In Pace" (Valiente en Paz).

Las reliquias sagradas de este mártir fueron autenticadas en Roma por Fray Nicolás María Sandicio, y luego donadas al maestro Fray Antonio Gutiérrez, exasistente general de la Orden de San Agustín. Este después las entregó, el 15 de octubre de 1781, al arcediano de la Catedral de Almería, Vicente González.

En 1782 el escribano de la Corte, Francisco Pérez, testificó que entre los bienes del testamento de Vicente González se encontraba la donación del cuerpo del mártir San Valentín a la Iglesia Catedral de Almería. Así pues, queda totalmente certificado que dichas reliquias (que eran los huesos revestidos de cera) se colocaron debajo del altar de San Indalecio y se expusieron al culto en agosto del año 1782.

Y allí estuvieron hasta que llegó la Guerra Civil y la capilla de San Indalecio fue destruida. Pero... ¿qué paso con los restos del supuesto San Valentín?

Después de la Guerra Civil

Según cuentan, durante la Guerra Civil fueron exhumados los restos del mártir procedente de Roma. Había sido Pedro Segado, miembro de la Junta del Tesoro Artístico de Almería, quién habría logrado salvaguardar algunos cuadros y otros objetos de la catedral, entre ellos los huesos de San Valentín.

Según explica Maribel García en su reportaje, el artista Jesús de Perceval le contó al archivero Juan López que los restos habían sido enterrados en el claustro de la Catedral. Aunque también hay quien dice que su destino fue el cementerio del Convento de las Puras, en concreto el compás del torno. "La información fehaciente que tenemos al respecto, es que, de lo destruido en la Catedral tras la Guerra, se nombran las reliquias de San Valentín como desaparecidas, no como destruidas", dice la licenciada en Historia del Arte.

Otros historiadores e investigadores, como Antonio Sevillano y Alberto Cerezuela, aseguran que los restos de San Valentín (junto a los de Santa Cándida) fueron arrojados a la noria del convento de las Puras, que regaba el huerto del mismo. Una concepcionista aseguraba que las reliquias fueron arrojadas por el brocal del pozo en el año 1936: "...Y habían traído camiones con ropas de las iglesias y todo lo echaron a la noria; también trajeron de la Catedral unos santos... San Valentín y Santa Cándida (que la gente decía que eran novios) y a nosotros nos mandaron que los echáramos a la noria".

Allí, en esa noria, se perdieron para siempre. Posiblemente arrastrados por corrientes de aguas subterráneas. Fuera o no el auténtico San Valentín (un sacerdote de Roma que ponía en riesgo su vida para unir a las parejas en matrimonio, a pesar de que el emperador Claudio II lo prohibió porque a su juicio los solteros sin hijos eran mejores soldados), lo cierto es que los huesos de aquel mártir llegado desde Italia estuvieron algún día en la Catedral de Almería y que su recuerdo aún sigue presente en la ciudad, por medio de un bajorelieve.

El bajorrelieve de San Valentín en la Plaza Campoamor

Actualmente la plaza Campoamor de Almería se ha convertido en el lugar más romántico de la ciudad. Allí se recuerda a San Valentín, el que un día fue "vecino" de Almería. En medio de la plaza hay un bajorrelieve dedicado al mártir, rodeado por una verja metálica donde los enamorados colocan candados con mensajes escritos en ellos.

Bajorrelieve de San Valentín en la plaza Campoamor de Almería.

Ese bajorrelieve fue esculpido por Jesús de Perceval en el año 1965, sobre una piedra de Alhama. Se hizo con los donativos recogidos por Radio Almería en el día de los enamorados y la aportación del Ayuntamiento. En el bajorrelieve se representa un San Valentín joven de cuerpo entero en postura gallarda y al fondo del aparece la Alcazaba y las casas y cuevas de la Chanca.  

Ese bajorrelieve estuvo inicialmente en el Parque Nicolás Salmerón, pero luego desapareció. Hasta que el galerista Trino Tortosa dio con él y lo entregó al Ayuntamiento y en 2010 fue reubicado en su lugar actual, Así que no se extrañen si ven a San Valentín en medio de una plaza de Almería, porque el patrón de los enamorados tiene mucha —o quizás ninguna— relación con esta ciudad.