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Isabella Rivillas, la algecireña de La Voz Kids: "Me gustaría ser veterinaria, pianista y cantante, todo a la vez"

Isabella Rivillas Isac, de La Voz Kids al parque María Cristina de Algeciras.

Isabella Rivillas Isac, de La Voz Kids al parque María Cristina de Algeciras. / Claudio Palma

La niña Isabella Rivillas Isac no solo vino al mundo con un pan bajo el brazo, sino también con un piano, un acordeón y un dispendio de alegría. De su felicidad contagiosa y su pasión por la música tienen buena parte de culpa sus padres, Diego Fernando e Ina, él colombiano y ella jienense, ambos establecidos en Algeciras desde hace tiempo. 

En Algeciras nació Isabella hace ocho años y en su atalaya de la barriada de San Bernabé vive desde entonces, conocida entre todos sus vecinos. "Nos hicieron un favor cuando en nuestra comunidad pusieron un cartel donde indicaban que estaba prohibido hacer ruido a partir de las doce de la noche", cuenta Ina. Aquella advertencia le dio fuerzas para mandar a Isabella a la cama a esa hora y convencerla de que abandonase su piano hasta la mañana siguiente. 

La pequeña es ahora una de las concursantes de la última edición de La Voz Kids gracias a su personal versión de Soy rebelde de Jeanette. Durante las audiciones a ciegas, Rosario la fichó en su equipo de jóvenes talentos. "Aquello se grabó en verano, por eso me ves con vestido y a los coaches en manga corta", aclara Isabella. 

Fue una amiga de la familia quien animó a Ina para apuntar a la niña al casting de La Voz Kids, que acepta concursantes entre los 7 y 15 años. "Un día, yo llegué a mi casa en el ascensor y vi que estaban abiertas todas las puertas del rellano: la de mi vecino Gabriel y la de mis vecinos Patri y Jose. No sabía qué estaba pasando. Entre globos, me dieron una carta donde leí que me habían elegido para las audiciones a ciegas. ¡Madre mía! Me hizo mucha ilusión", reconoce con desparpajo.

Isabella Rivillas junto a sus padres, Diego e Ina. Isabella Rivillas junto a sus padres, Diego e Ina.

Isabella Rivillas junto a sus padres, Diego e Ina. / Claudio Palma

La algecireña describe su paso por el programa de Antena 3 como "irse de campamento y a disfrutar". "En la fase de las batallas conocí a un amiguito, Sergio (Menchón), que tiene 9 años y canta ópera de maravilla. Por mi cumpleaños, me regaló un reloj de Flik Flak y yo una camiseta de ajedrez y un puzzle. Él vive en Murcia y este verano queremos ir de casa rural", avanza la concursante.

"Desde el principio, yo me quería ir con Rosario, aunque tiene el pelo demasiado rizado", valora Isabella sobre la hija menor de la mítica Lola Flores. "Me gustó que los coaches me dijeran que estaba muy alta para tener 8 años, pero eso es porque como mucha fruta y verdura. Las lentejas son mi comida favorita, sobre todo con chorizo". Y añade: "Mi padre es quien cocina en casa porque mi madre está en el trabajo. Su segundo plato estrella es el arroz asiático que le sale súper rico". Un repentino pensamiento provoca que a Isabella se le ilumine el rostro: "¡Y esta noche cenamos pulpo a la gallega, que estaba en oferta!".

"Me gustó que los coaches me dijeran que estaba muy alta para tener 8 años, pero eso es porque como mucha fruta y verdura"

Una alumna incansable

Aunque a Isabella le gusta cantar e interpretar, su punto fuerte es el piano. De hecho, es alumna de la escuela de música de La Piñera, en Algeciras, gestionada por la coordinadora contra la droga Barrio Vivo y con sede en la parroquia del Espíritu Santo. Hasta allí acude cada sábado a las diez de la mañana para formarse con su profesora kazaja Anna Chirova.

Esta escuela constituye una de las canteras de las que se nutre el Conservatorio Profesional de Música Paco de Lucía, que es la aspiración de la hija única de los Rivillas. "Anna me anima y yo estudio mucho", asegura la niña. Añade su madre que muchos sábados, cuando una partitura todavía no le sale redonda, Isabella pide que la despierten temprano para perfeccionarla antes de ir a La Piñera. "Hasta que no la saca, no para", corrobora su padre. 

También los sábados, pero por la tarde, esta jovencísima intérprete completa su formación con lenguaje musical. Y, por si fuera poco, va a clases de coro y al taller de teatro de Barrio Vivo en San Bernabé porque explica que le ayuda ensayar de cara a conciertos o interpretaciones. 

"El piano es mi instrumento favorito, pero también querría aprender a tocar el saxofón", cuenta Isabella desde un banco del parque María Cristina, donde se desarrolla esta entrevista. Las flores de los parterres hacen juego con su chaqueta rosa. "Además, toco el acordeón, pero como un hobby, porque mamá lo hacía de joven cuando estaba apuntada a una banda de música en su pueblo, Torreblascopedro". 

"El piano es mi instrumento favorito, pero también querría aprender a tocar el saxofón"

De ella, probablemente, Isabella ha heredado su portentoso oído. "La otra noche estábamos en casa viendo una película y a Isabella le gustó una de las canciones de la banda sonora", relata su padre. "Al terminar, se fue corriendo al piano para sacar ella sola la melodía. Y lo consiguió". 

El domingo es un día sagrado para la familia Rivillas Isac, cuando los tres aprovechan para ir al campo, comer al aire libre, cantar y tocar el acordeón. Hasta tal extremo disfrutan de la jornada festiva que, por el momento, Isabella no quiere hacer la Primera Comunión porque las clases de catequesis son los domingos.

Isabella Rivillas Isac. Isabella Rivillas Isac.

Isabella Rivillas Isac. / Claudio Palma

Todo es posible

Isabella ha formado en grupo de música durante el recreo, en su colegio Blanca de los Ríos, donde cursa 3º de Primaria. Pero lamenta que, "a veces", sus compañeros no son tan entusiastas como ella en materia musical y prefieren jugar al fútbol o emprender otras actividades. "Nuestra seño se llama Eladia y es muy buena con nosotros porque casi nunca nos regaña", asegura Isabella. "Cuando tengo dudas, me lo explica mil veces". 

Sus asignaturas preferidas son matemáticas, lengua e inglés. Donde más se aburre es en música porque dice "que pasan demasiado tiempo aplaudiendo". 

"De mayor, me gustaría ser veterinaria, pianista y cantante, todo a la vez", afirma sin dudar. "Es posible", se reafirma Isabella. Claro que lo es. 

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