El enigma sin fin

¿Cómo puedes contribuir a dar cohesión a tu Iglesia? Respondiendo a la vocación a la santidad, a la que Dios te llama, viviendo y participando de la vida de la IglesiaNo teníamos bastante con la maldita corrupción y el dramático desempleo para tener ahoraesta crisis catalana

La identidad cultural está notoriamente reflejada jurídicamente y descrita a nivel sociológico en la Constitución Española de 1978, configurándose la soberanía en la unidad nacional bajo el símbolo de la Corona, proyecto común de convivencia cívica en la riqueza social de la diversidad y pluralidad, por lo que tiene nulo sentido pensar, que cualquier territorio en la España democrática del siglo XXI se siente colonizado, necesitando deshacerse y sustituir al invasor con una degradante parodia de diabólico surrealismo cantonal, cambiando mediante ilícitos penales el normal funcionamiento de las instituciones con alardes telúricos de equivocada heroicidad religiosa.

Cómo es posible quiénes quieren ser "nación", su vocación principal, simbólicamente o no, haya sido aniquilar la individualidad de sus ciudadanos, no pudiendo desembocar nunca en un Estado de Derecho, más aún en la Europa de las ciudades como motor transversal, integral e inclusión del crecimiento en valores humanísticos del Derecho Natural. No puedan triunfar los espíritus gregarios sobre las demás manifestaciones del pensamiento, en quienes defendemos la unidad como eje vertebral de exógena conexión ciudadana.

Ninguna región española quiera alzarse con la instrumentalizada bandera de la diferencia cultural con fines de hegemonía política, porque no se dan en la España constitucional ninguna uniformización de las conciencias, salvo la dejadez institucional del Estado en el modelo de educación público a nivel regionalista, que por omisión de intereses partidistas no ha intervenido con mecanismos didácticos y metodológicos ante las disociaciones perpetradas a nivel académico por las autonomías sobre la razón, la persona y la historia.

Desajustadas decisiones autogestionarias han aminorado y manipulado la plural diversidad, incidiendo en amnesias intencionadas a la libertad de conciencia y de expresión de la mayoría de personas que concebimos que solo la unidad de España sea nuestro paradigma político del futuro para avanzar ante una sociedad globalizada e internacionalizada.

No teníamos bastante con la maldita corrupción y el dramático desempleo para encontrarnos con esta sovietizada crisis catalana, produciéndose una diáspora empresarial, cuando en España se proclaman el respeto de las culturas, de las identidades y las diferencias, y por ello nos sentimos democráticos y pluralistas.

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